El control de los costes en hostelería es, en muchas ocasiones, el que determina la viabilidad y la rentabilidad de un negocio. La gestión óptima de un establecimiento hostelero requiere una buena planificación, una elevada especialización y grandes dosis de organización. Estas tres premisas, acompañadas de una oferta atractiva y de calidad, y de un equipo profesional, constituyen las claves del éxito de un negocio. Sin embargo, para poder mantener la competitividad es necesario añadir a todo ello una optimización de costes en la gestión diaria del negocio. Pero ¿cómo se pueden reducir costes en un restaurante o en otro local de hostelería?
Un establecimiento hostelero es un negocio complejo al que hay que prestar mucho esfuerzo y dedicación para garantizar su viabilidad. Más allá de los clásicos recortes de gastos empleados para reducir los costos, existen varias tendencias para mantener un control de costes en hostelería que pueden resultar de gran ayuda en la operativa diaria.
Optimizar y estandarizar el suministro de productos alimentarios.
Disponer de un suministro óptimo de productos de alimentación es clave para un establecimiento de hostelería: de nada sirve ofrecer un servicio eficaz, contar con unas buenas instalaciones o disponer de una ubicación envidiable si no existe disponibilidad de producto o si éste no es variado y de calidad. Para contar con un suministro de productos adecuado el sector hostelero tiene a su disposición herramientas tecnológicas que permiten estandarizar los procesos de distribución. La digitalización se ha convertido en un aliado fundamental para llevar a cabo un control adecuado del stock y mantener una relación fluida y estandarizada con los distribuidores con el objetivo de conseguir una mejora en los márgenes con previsiones de venta basadas en consumos reales.
Llevar a cabo una adecuada gestión del personal.
Los gastos de personal constituyen uno de los capítulos que mayores recursos absorbe en la gestión de un establecimiento. Un equipo profesional y con una óptima dedicación es sinónimo de rentabilidad y eso exige una retribución en consonancia. Sin embargo, el número de personas que trabaja en un establecimiento hostelero debe estar ajustado al tipo de negocio, al volumen de ventas, a los horarios y a la realidad del local. Para optimizar este apartado los restaurantes cuentan con soluciones de 4ª y 5ª gama que cuentan con periodos de caducidad y consumo preferente más amplios, y que se pueden preparar de manera sencilla y sin necesidad de personal de alta cualificación. Los platos semielaborados y sometidos a procesos de ultracongelación son otra opción viable para poder ofrecer un servicio de restauración atractivo y funcional, y contener al mismo tiempo los gastos de personal.
Las soluciones convenience, por su parte, aportan una amplia oferta culinaria con solo utilizar un microondas. Estos productos incluyen desde recetas tradicionales hasta platos étnicos adaptados a las nuevas tendencias de consumo. Pastas precocinadas, una amplia variedad de salsas IQF que sólo necesitan calentarse, pizzas congeladas y un largo etcétera permiten a los establecimientos de hostelería ofrecer un servicio de restauración eficaz y de calidad sin necesidad de disparar los gastos de personal. Estos platos preparados se traducen en propuestas al hostelero que simplemente cuidando su emplatado le permitirán añadir su toque personal y distintivo a su negocio.
Adecuarse a los nuevos horarios de consumo y hábitos sociales.
Los hábitos laborales, sociales y de consumo están cambiando a una velocidad de vértigo y, con ellos, los horarios y el servicio en la hostelería. Durante los últimos años, en especial tras la pandemia, se ha reducido el hábito de cenar fuera de casa, ha cambiado el concepto tradicional de comida y han cobrado mayor protagonismo otros momentos de consumo a lo largo del día. Estas tendencias han traído aparejados otros cambios en la forma de consumir, de manera que las comidas son más ligeras; al mismo tiempo, los consumidores reclaman nuevas propuestas culinarias como comidas étnicas, vegetarianas y veganas; apuestan por la rapidez pero sin descuidar la calidad, y buscan soluciones naturales y de preparación rápida. Para dar respuesta a estas demandas los distribuidores del sector Horeca han apostado por la innovación para preparar soluciones saludables, adaptadas a las demandas de los nuevos consumidores y en formato individual.
Aumentar la eficiencia y evitar el desperdicio alimentario.
La sostenibilidad alimentaria no solo debe ser una cuestión de conciencia social sino también de eficiencia económica. Se calcula que cada persona desperdicia 250 euros al año en comida o, lo que es lo mismo, tira una media de 31 kilos o litros de alimentos. Para poner fin a este despilfarro alimentario y económico el sector de la hostelería dispone de alimentos ultracongelados como una solución saludable, económica y de altísima calidad para poder ofrecer un servicio completo en sus establecimientos. Hoy en día los distribuidores Horeca ofrecen platos individuales preparados que sólo necesitan calentarse en horno o microondas. Estas propuestas permiten suprimir del menú los conservantes, potenciadores del sabor y otras sustancias que se utilizan en otro tipo de alimentos como algunas soluciones refrigeradas o a temperatura ambiente para alargar la vida útil de los alimentos o para mantener su aspecto y textura.